Dos extraños,
cruzaron sus destinos,
entrelazaron sus corazones,
vivieron el amor más profundo
que jamás se haya conocido.
Eran como el chocolate
y la nata,
como una lata
con su anilla.
Fueron la pareja perfecta,
hasta que...
volvieron a ser dos extraños.
Javier
Jiménez.
Precioso
ResponderEliminarMuchas gracias Sara.
EliminarEl pan nuestro de cada día.
ResponderEliminarAmen hermana
EliminarTenías razón Javi, el concepto es el mismo. Me encanta!
ResponderEliminarGracias María, pero te repito que el tuyo me gusta más, es más completo.
Eliminar