2014/12/19

TERRITORIO DE ESCRITORES - RETO: CUENTO DE NAVIDAD - UN HÉROE EN NAVIDAD

UN HÉROE EN NAVIDAD





- ¡Ahí está otra vez ese negro!, eso es lo que pensaba Ana cada vez que de camino al banco, para ingresar el dinero de la empresa, se cruzaba con un inmigrante de color, llamado Emmanuel, pidiendo limosna. Él se daba cuenta de que ella, al pasar a su lado, le miraba con miedo y desprecio pero no entendía porqué. Nunca le saludaba, pese a verse casi todos los días desde hacía casi un año. Era Noche Buena y él estaba hambriento, cuando la vió acercarse pensó que en un día así, se le ablandaría el corazón – feliz navidad señorita, por compasión, tengo mucha hambre... -  como respuesta recibió una cara de asco. 

Ana, estos días, estaba muy liada con los preparativos para la Noche Buena y andaba un poco despistada. Cuando entró en la sucursal de costumbre para hacer el ingreso, se dió cuenta de que ¡no llevaba el bolso!. Le invadió el pánico, comenzó a subirle la temperatura seguido de un intenso mareo y tuvo que sentarse un rato. ¡Qué iba ha hacer!, en el bolso había un sobre con más de ¡veinte mil euros!. Cuando se recompuso, intentó recordar donde podría haber dejado el bolso, ¡cuando sonó el teléfono!: - ¿Ana Céspedes García?, le llamo de la policía local de Murcia, nos acaban de entregar un bolso extraviado que contiene su documentación, ¿le importaría acercarse al cuartel del barrio de La Flota a recoger... - , no le dejó terminar, colgó y salió corriendo mientras farfullaba que ojalá no se hubieran llevado el dinero... o algo así. Cuando le entregaron el bolso, pudo comprobar que no le faltaba nada y del alivio que sintió le temblaron las piernas. Un policía le contó que se lo había entregado un inmigrante vagabundo, que les dijo que era de una mujer que pasaba todos los días por la calle donde él mendigaba. Se lo había dejado olvidado en una silla de la terraza del bar donde tomaba café todos los días. Emmanuel, al ver que se lo iban a llevar unos chavales con malas pintas, intervino para evitarlo y le costó una paliza, pero consiguió que no se lo llevaran. Se corrió la voz por el barrio y se convirtió en el héroe de esa navidad. Ana no pudo evitar sentirse mal cuando se enteró de todo, pensó en lo injusta que había sido mirándolo por encima del hombro, que era una mala persona por juzgar solo por las apariencias. Comprendió que hay personas que lo pueden perder todo pero que nunca perderán su honradez y su dignidad. Ah! Claro!, Emmanuel recibió su recompensa, la de las personas de buen corazón  que le hicieron un sinfín de regalos. También recibió dinero de la empresa de Ana, el suficiente como para poder traerse a su familia de Nigeria, y un trabajo. Aunque el mejor regalo fue comprobar como esa Noche buena, cenando con la familia de Ana, ella le miró con cariño y gratitud.


                                          Javier Jiménez

6 comentarios:

  1. Muy buen cuento de Navidad, Javier..Está claro que estas son las fechas más apropiadas del año para recordarnos lo injustos y fríos que podemos llegar a ser, eso seguramente sirva, o más bien, ojalá sirva para que el resto del año recordemos que nadie es lo que aparenta y que es injusto pensar que las minorías, por serlo, no puedan ser más nobles que la mayoría..Saludos

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    1. Saludos y gracias, Alfmega. Siempre te acuerdas de mí.

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  2. Un cuento que hace enrojecer Javier. Me gusta, es actual y además rubrica muy bien la hipocresía humana de las apariencias y el creerse superior y mejor. Felicidades por este relato. Un saludo!!

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    1. Muchas gracias Sonia, mientras aprendo a escribir, cuento las cosas que me emocionan. Un beso.

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  3. Sí, sí, de los relatos que te sacan los colores porque te pones en la situación de Ana y piensas que harías lo mismo por desconfianza y te pones en la situación de Enmanuel y te preguntas ¿Cuántos actuaríamos como él? Gran reflexión para que aprendamos la lección. Saludos y felices días.

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    1. Muy pocos, seguro. Gracias, María Pilar, así son mis héroes.

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