Por fin otro capítulo más de la serie de los mejores poetas de la historia. En esta ocasión le toca el turno a Friedrich Nietzsche, gran poeta considerado el padre del existencialismo. ¡Vamos a descubrirlo!. Quiero dar las gracias a mi amiga y gran escritora S.A Kirchen, por su colaboración en este post. Saludos a todos los amantes de la poesía y las letras.
Nietzsche, Friedrich
Fotografía:www. rschindler.com |
(1844-1900)
Filósofo, poeta y filólogo alemán, cuyo pensamiento es considerado como uno de los más radicales, ricos y sugerentes del siglo XX.
Nació el 15 de octubre de 1844 en Röcken, Prusia. Su padre, un ministro luterano, murió cuando él tenía 5 años, y fue educado por su madre en una casa donde vivían su abuela, dos tías y una hermana. Estudió filología clásica en las universidades de Bonn y Leipzig, y fue nombrado profesor de filología griega en la Universidad de Basilea a los 24 años. Su delicada salud (estuvo afectado toda su vida por su poca vista y sus constantes jaquecas) le obligó a retirarse en 1889. Al cabo de diez años sufrió una crisis nerviosa de la que nunca se recuperó. Murió en Weimar el 25 de agosto de 1900.
"El primer acontecimiento que me conmocionó cuando aún estaba formándose mi conciencia, fue la enfermedad de mi padre. Era un reblandecimiento cerebral. La intensidad de los dolores que sufría mi padre, la ceguera que le sobrevino, su figura macilenta, las lágrimas de mi madre, el aire preocupado del médico y, finalmente, los incautos comentarios de los lugareños debieron de advertirme de la inminencia de la desgracia que nos amenazaba. Y esa desgracia vino: mi padre murió. Yo aún no había cumplido cuatro años. Algunos meses después, perdí a mi único hermano, un niño vivaz e inteligente que, presa de un ataque repentino de convulsiones, murió en unos instantes".
Escritos autobiográficos de juventud
Además de la influencia de la cultura helénica, en particular de las filosofías de Sócrates, Platón y Aristóteles, Nietzsche estuvo influenciado por el filósofo alemán Arthur Schopenhauer, por la teoría de la evolución y por su amistad con el compositor alemán Richard Wagner.
Escritor prolífico, escribió varias obras importantes, entre ellas El origen de la tragedia (1872), Así habló Zaratustra(1883-1885), Más allá del bien y del mal(1886), La genealogía de la moral (1887), El crepúsculo de los dioses (1888), El Anticristo (1888), Ecce Homo (1889) y La voluntad de poder (1901).
Uno de los argumentos fundamentales de Nietzsche era que los valores tradicionales (representados en esencia por el cristianismo) habían perdido su poder en las vidas de las personas, lo que llamaba nihilismo pasivo. Lo expresó en su tajante proclamación “Dios ha muerto”. Estaba convencido que los valores tradicionales representaban una “moralidad esclava”, una moralidad creada por personas débiles y resentidas que fomentaban comportamientos como la sumisión y el conformismo porque los valores implícitos en tales conductas servían a sus intereses. Nietzsche afirmó el imperativo ético de crear valores nuevos que debían reemplazar los tradicionales, y su discusión sobre esta posibilidad evolucionó hasta configurar su retrato del hombre por venir, el `superhombre' (übermensch).
De acuerdo con Nietzsche, las masas (a quien denominaba “rebaño”, “manada” o “muchedumbre”) se adaptan a la tradición, mientras su superhombre utópico es seguro, independiente y muy individualista. El superhombre siente con intensidad, pero sus pasiones están frenadas y reprimidas por la razón. Centrándose en el mundo real, más que en las recompensas del mundo futuro prometidas por las religiones en general, el superhombre afirma la vida, incluso el sufrimiento y el dolor que conlleva la existencia humana. Su superhombre es un creador de valores, un ejemplo activo de “eticidad maestra” que refleja la fuerza e independencia de alguien que está emancipado de las ataduras de lo humano “envilecido” por la docilidad cristiana, excepto de aquellas que él juzga vitales.
Nietzsche sostenía que todo acto o proyecto humano está motivado por la “voluntad de poder”. La voluntad de poder no es tan sólo el poder sobre otros, sino el poder sobre uno mismo, algo que es necesario para la creatividad. Tal capacidad se manifiesta en la autonomía del superhombre, en su creatividad y coraje. Aunque Nietzsche negó en multitud de oportunidades que ningún superhombre haya surgido todavía, cita a algunas personas que podrían servir como modelos: Sócrates, Jesucristo, Leonardo da Vinci, Miguel Ángel, Shakespeare, Goethe, Julio César y Napoleón.
Al concepto de superhombre se le reprochó a menudo ser el fruto de un intelectual que se desenvuelve en una sociedad de amos y esclavos y ha sido identificado con las filosofías autoritarias. Muchos eruditos niegan esta lectura ideológica y lo atribuyen a una mala interpretación de la obra de Nietzsche.
Influencia
Aclamado poeta, Nietzsche ejerció mucha influencia sobre la literatura alemana, así como sobre la literatura europea y la teología. Sus conceptos han sido discutidos y ampliados por personalidades como los filósofos alemanes Karl Jaspers y Martin Heidegger, el filósofo judío alemán Martin Buber, el teólogo germano-estadounidense Paul Tillich, y los escritores franceses Albert Camus y Jean-Paul Sartre. La proclama de Nietzsche “Dios ha muerto” fue utilizada por teólogos radicales posteriores a la II Guerra Mundial (en especial por los estadounidenses Thomas J. J. Altizer y Paul van Buren) en sus intentos por adecuar el cristianismo a las décadas de 1960 y posteriores.
"¿No oísteis hablar de aquel loco que en pleno día corría por la plaza pública con una linterna encendida, gritando sin cesar: «¡Busco a Dios! ¡Busco a Dios!». Como estaban presentes muchos que no creían en Dios, sus gritos provocaron la risa. [...] El loco se encaró con ellos, y clavándoles la mirada, exclamó: ¿Dónde está Dios? Os lo voy a decir. Le hemos matado; vosotros y yo, todos nosotros somos sus asesinos. Pero ¿cómo hemos podido hacerlo? ¿Cómo pudimos vaciar el mar? ¿Quién nos dio la esponja para borrar el horizonte? ¿Qué hemos hecho después de desprender a la Tierra de la órbita del sol? [...] ¿No caemos sin cesar? ¿No caemos hacia adelante, hacia atrás, en todas direcciones? ¿Hay todavía un arriba y un abajo? ¿Flotamos en una nada infinita? ¿Nos persigue el vacío [...]? ¿No hace más frío? ¿No veis de continuo acercarse la noche, cada vez más cerrada? [...] ¡Dios ha muerto! [...] ¡Y nosotros le dimos muerte! ¡Cómo consolarnos nosotros, asesinos entre los asesinos! Lo más sagrado, lo más poderoso que había hasta ahora en el mundo ha teñido con su sangre nuestro cuchillo. ¿Quién borrará esa mancha de sangre? ¿Qué agua servirá para purificarnos? [...] La enormidad de este acto, ¿no es demasiado grande para nosotros?"
La gaya ciencia
Friedrich Nietzsche fundamentó su ética en lo que él creía el instinto humano más básico, la voluntad de poder. Nietzsche criticó el cristianismo y los sistemas morales de otros filósofos como "morales esclavas" porque, en su opinión, encadenaban a todos los miembros de la sociedad con normas universales de ética. Nietzsche ofreció una "moral maestra" que apreciaba la influencia creativa de individuos poderosos que trascienden las normas comunes de la sociedad.
La del superhombre es una de las ideas de la filosofía de Friedrich Nietzsche que más interpretaciones ha sufrido a lo largo de la historia.
Nietzsche renuncia así a esa aristocracia intelectual cuya nobleza contiene tantos rasgos de decadencia; más opuesto aún al ideal social y democrático, no es cierto, sin embargo, que la voluntad de poder designase en él la mera fuerza bruta y destructora: las últimas reflexiones de Nietzsche parecían convencerlo por el contrario de que la abundancia de la vida se manifiesta en una selección y un orden preciso, riguroso, entre los elementos que domina; «la purificación del gusto sólo puede ser consecuencia de un reforzamiento del modelo», que a su vez resulta de una superabundancia de fuerza; «nos falta el gran hombre sintético, capaz de someter sus fuerzas dispares bajo un mismo yugo; lo que tenemos es el hombre múltiple, el hombre débil y múltiple». Estos últimos pensamientos abrían sin duda camino a una concepción del ser y de la vida cuya importancia no fue intuida siquiera por los nietzscheanos vulgares, tan numerosos a principios de siglo, y que veían en Nietzsche sólo el individualismo, pero no el dominio de sí y el ascetismo que robustecen al hombre.
(Texto: S.A. Kirchen)
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Si bien es fácil ver un aire político en los escritos de Nietzsche, su trabajo no fue de ningún modo pensado para ser un panfleto político. La influencia que Nietzsche ejerció sobre la política de la «nueva derecha» fue realmente extensa. Afirmó que el poder de un sistema es signo de falta de integridad, no propuso un sistema de gobierno específico como solución, y nunca se vinculó a sí mismo con movimientos de masas, organizaciones sociales o partidos políticos. En este sentido, Nietzsche casi podría ser llamado un pensador anti-político. Walter Kaufmann enfatiza la visión de que el poderoso individualismo expresado en sus escritos sería desastroso si se practicara en las bases reales de los políticos. Escritores posteriores, guiados por la izquierda intelectual francesa, han propuesto maneras de usar la teoría nietzscheana en lo que se ha llegado a conocer como «políticas de diferencias», en especial formulando teorías sobre resistencia política y sobre diferencias sexuales y morales.
Revisando ampliamente los escritos de Kauffmann y otros, el espectro del nazismo ha sido hoy en día casi extinto de sus escritos. Nietzsche a menudo se refería como «el rebaño» a los participantes de los movimientos de masas que comparten una psicología común de la masa. Valoraba el individualismo y el lenguaje como obra común que nos construye y era en especial opuesto al altruismo, pero consideraba sus obras como regalos a la humanidad. Despreciaba al Estado moderno, Nietzsche también habló negativamente de demócratas y socialistas y dejó claro que sólo ciertos individuos podían romper la moral del rebaño. Pero son sus propias palabras las que deberían alejar cualquier sospecha de simpatía con el nazismo:
"Nosotros no amamos a la humanidad, pero también estamos muy lejos de ser lo bastante alemanes (en el sentido en que hoy se emplea la palabra) para convertirnos en voceros del nacionalismo y de los odios de razas, para regocijamos con las aversiones y el modo de hacerse mala sangre los pueblos, a que se debe que en Europa se atrincheren unos contra otros cual si quisieran separarse con cuarentenas. [...] Nosotros, los sin patria, somos demasiado variados, demasiado mezclados de razas y de origen para ser hombres modernos, y por consiguiente, nos sentimos muy poco inclinados a participar en esa mentida admiración de sí mismas que hoy practican las razas y en ese descaro con que hoy se ostenta en Alemania, a modo de escarapela, el fanatismo germánico..."
La gaya ciencia
Texto: Wikipedia
Podéis descargaros toda la obra de Nietzsche en castellano en esta página:
http://holismoplanetario.com/tag/41-pdfs-ordenados-cronologicamente/
A continuación un fragmento elegido por S.A Kirchen y una selección de cinco de sus mejores poemas:
<< ¡Oh gran astro! ¡Qué sería de tu felicidad si no tuvieras a aquellos a quienes iluminas! Durante diez años has venido subiendo hasta mi caverna: sin mí, mi águila y mi serpiente tú te habrías hartado de tu luz y de este camino. Pero nosotros te aguardabamos cada mañana, te liberabamos de tu sobreabundancia y te bendecíamos por ello. ¡Mira! Yo estoy hastiado de mi sabiduría como la abeja que ha recogido demasiada miel, yo tengo necesidad de manos que se extiendan. Me gustaría regalar y repartir hasta que los sabios entre los hombres hayan vuelto a regocijarse con su locura, y los pobres, con su riqueza. Para ello tengo que bajar a la profundidad: como haces tú por la tarde cuando transpones el mar llevando luz incluso al submundo, ¡astro inmensamente rico! Yo, lo mismo que tú, tengo que hundirme en mi ocaso, como dicen los hombres a quienes quiero bajar. ¡Bendíceme, pues, ojo tranquilo, capaz de mirar sin envidia incluso una felicidad demasiado grande! ¡Bendice la copa que quiere desbordarse para que de ella fluya el agua de oro llevando a todas partes el resplandor de tus delicias! ¡Mira! Esta copa quiere vaciarse de nuevo, y Zaratustra quiere volver a hacerse hombre>>
-Así comenzó el ocaso de Zaratustra.
/.../
FRIEDRICH NIETZSCHE (Así habló Zaratustra)
Fotografía: www.critical-theory.com |
A la melancolía
No lo tomes a mal, Melancolia,
Que yo aguce la pluma en tu alabanza
E inclinando la frente pensativa,
Ardiendo en tus loores, yo me siente
Solitario en un tronco. ¡Tantas veces!
Tu me viste -era ayer, bien lo recuerdo-
Bañado en los fulgores matutinos
Del sol ardiente! Allá en el hondo valle
Graznaba el buitre de botín sediento ...
Es que soñaba en un cadáver yerto
Allá en el yerto tronco abandonado.
¡Ah, cómo te engañabas, ave tétrica,
Aun cuando yo, cual una momia, inmóvil,
Seguía allí en mi tronco! No veías
Mis ojos, no; los ojos que extasiados
Aquí y allá rodaban, fulgurantes
De altivez. Y por más que a tus sublimes
Alturas remontarse no podían,
Donde acceso las más lejanas nubes
No tienen, tanto más profundamente
En el abismo de la vida hundíanse
Para dejarlo todo iluminado
Con la divina luz de sus relámpagos.
Así sentado en medio las profundas
Soledades, pasaba yo las horas
Rudamente encorvado, a semejanza
Del bárbaro presente al sacrificio,
Pensando siempre en ti, Melancolía.
¡Tan joven todavía y penitente!
Así yo me gozaba en el magnífico
Vuelo del buitre, en el rodar tronante
De los aludes que la selva aplastan;
Y allí me hablabas tú, deidad que ignoras
La ruindad tan humana del engaño;
Allí me hablabas íntima y sincera
Aunque con faz severa, aterradora.
Y tú, ruda deidad, que del granito
Posees la firmeza, oh tú, mi amiga,
Gustas a mí cercana aparecerte;
Con gesto de amenaza tú me muestras
El siniestro volar del buitre hambriento
Y el desplomarse del alud gigante,
Deseoso de aplastarme. En torno mío
Respira jadeante y rechinando
Un anhelo feroz de sanguinaria
Crueldad, con un deseo obsesionante
De arrancar por doquier vida a zarpazos.
La solitaria flor por mariposas
Suspira tentadora allá en la peña.
Yo soy todo esto -siéntolo temblando-
Enamorada mariposa, dulce
Flor solitaria, el buitre carnicero
Y el arroyuelo helado y el terrible
Rugir de la borrasca -todo, todo
Para tu gloria y en tu prez perpetua;
Oh tú, diosa feroz, a quien postrado
Y humillada la frente, entre gemidos
Mi temerosa voz levanta un himno
Gimiente, suplicando me concedas
De vida, vida, vida, estar sediento
Súfreme ahora, oh tú, deidad maligna,
Que con gentiles rimas te corone.
Si tiembla todo aquel a quien te acercas,
Si se estremece aquel a quien alargas
La despiadada diestra, en tu presencia
Temblando balbuceo este mi canto
Y me estremezco en mis convulsos ritmos;
La tinta fluye, viva centellea
La aguda pluma; ahora oh, diosa, diosa,
Déjame libre y libre me gobierne.
Fotografía: www.amqueretaro.com |
Silencio férreo
Yo escuchaba con todos mis sentidos ...
Ni el más leve rumor Ilegaba a mi.
El mundo estaba mudo ...
Yo escuchaba con el vivaz oído
De mi curiosidad. Por cinco veces
Por encima de mi tiré el anzuelo;
Sin ningún pez lo retiré otras cinco ...
Pregunté ... No cayó respuesta alguna
En mis redes vacias ...
Yo escuchaba
Con el vivaz oído de mi Amor.
Fotografía: www.granadahoy.com |
La señal de fuego
Aquí donde del seno de los mares
La isla surgió, cual ara gigantesca
De peñascos enormes fabricada,
Aquí ha encendido bajo el hosco cielo
Zaratustra la hoguera de las cumbres ...
Signo de fuego para los navíos
Perdidos en el mar, interrogante
Para aquellos que tienen la respuesta.
Esta gran llama de grisáceo vientre
Golosa lame frías lontananzas
Y su cuello cimbrea hacia regiones
Más, puras cada vez y más sublimes.
¡Misteriosa serpiente enderezada
Ante mis ansias, signo interrogante
Que yo me puse un día ante mí mismo!
Mi alma, mi alma misma es esta llama.
Insaciable hacia nuevas lontananzas,
Hacia más alto, siempre hacia más alto
Lanza los dardos de su ardor sereno.
¿Por qué huyó de los hombres y animales
Zaratustra? ¿Por qué pasó de largo
Por toda tierra firme y habitada?
Seis soledades son las que él conoce ...
Pero el mar mismo para él no era
Bastante solitario, y esta isla
Le convidó a echar pie; subió a la cumbre;
Llegó a la culnbre y convirtióse en llama;
Y buscando en la altura una quimérica
Séptima soledad, su arpón arroja
Al éter por encima su cabeza.
¡Naves perdidas en las olas! ¡Ruinas
De ya antiguas estrellas! ¡Oh, vosotros, Mares del porvenir! ¡Inexploradas
Esferas celestiales! Hacia todo
Lo solitario lanzo el arpón mío.
¡Ah! Da respuesta al impaciente anhelo
De la llama, aprisiona entre tus redes
Al pescador que mora en altas cumbres,
Séptima soledad de mis ensueños,
¡Ah, soledad postrera de mi vida!
Fotografía: www.pijamasurf.com |
El sol va al ocaso
1
Tu sed dentro de poco va a apagarse,
Corazón abrasado. Por los aires
Una promesa flota; ya la siento
Resbalar por mi rostro como un hálito
Expirado por labios invisibles.
El gran frescor ya viene ...
Abrasaba mi sol al medio día.
Ah, bienvenidos fuisteis,
Inesperados vientos, oh, vosotros,
Refrigerantes genios de la tarde.
Extraño y puro el aire se desliza.
¿No me miran los ojos de la noche
Con guiño tentador entre el crepúsculo?
Corazón animoso, no desmayes,
Y el por qué no preguntes.
2
¡Oh, día de mi vida!
El sol se hunde.
Oro a raudales en la lisa, inmóvil
Llanura de la mar, del cielo fluye.
Hálito abrasador la tierra exhala.
¿Quizás, quizás, la dicha, al medio día,
Durmió su siesta en su serena cumbre?
En reflejos verdosos aun la dicha
Está jugando encima el negro abismo.
¡Oh, día de mi vida!
Desciendes ya al ocaso.
Arde ya tu pupila medio hundida.
Ya brota sin cesar el parleante
Rocío de tus lágrimas; ya cubre
La palidez del mar la roja púrpura
De tu amor abrasado, tu postrera
Beatitud desmayada y vacilante.
3
¡Serenidad dorada, ven, te imploro!
Tú que eres el más intimo, el más dulce,
Anticipado goce de la muerte!
¿He recorrido acaso mi camino
Con demasiada rapidez? Tan sólo
Ahora que me rinde la fatiga,
Todavía me busca tu mirada,
Todavia me busca tu ventura.
Alrededor de mi el eterno juego
De las olas prosigue. Lo más grávido
Por siempre hundióse en el azul olvido.
Desde hoy ociosa y quieta está mi barca.
Travesías, borrascas ... ¡Cuán remotas
Las cubre el horizonte del pasado!
Naufragaron deseos y esperanzas,
Lisas la mar y el alma están tendidas.
¡Séptima soledad! Jamás sintiera
Seguridad tan dulce en torno mio,
La mirada del sol jamás tan cálida
¿Aun no está ardiendo el hielo de mi cumbre?
Ascua de plata, leve, centelleante.
Mi barca va flotando mar adentro.
Fotografía :www. fractalentlightenment.com |
¡Oh, dicha!
Las palomas de San MarcosVuelvo a verlas; en la plaza,
Reposa en dulce sosiego
La luminosa mañana.
Ocioso envío mis cantos
A la bóveda azulada;
Como vuelos de palomas
Siento el latir de sus alas.
Luego deseo que tornen
Y mi ansiosa voz las llama
Para engarzar otra rima
En sus finas plumas blancas.
¡Oh, mi dicha!
¡Oh, tú, bóveda celeste
Tan azul, sedosa y clara,
Cómo fulguras en torno
De estas piedras matizadas!
¡Cómo te amo y te temo!
¡Cómo le envidio! Tu alma
De buen grado sorberia
Para jamás exhalarla!
¡Oh, mi dicha!
Con qué empuje y fuerza brava
Te erguiste aqui victoriosa
Hacia la luz soberana!
Tú la plaza, amante, abrigas
Bajo el son de tus campanas.
Eres el acento agudo
De luminosa palabra ...
Siéntome enzarzado en una
Caricia aterciopelada ...
¡Oh, mi dicha!
Pero aun no suenes, música;
Del cielo espera que caigan
Velos de sombra y la noche
Tienda su negra mortaja.
Es aún harto temprano
Para el canto; a la rosada
Vespertina luz no brilla
El oro de las arcadas;
Aun quedan horas de sobras
Para rimar mis estancias,
Para entretejer mis versos
En mi alma solitaria ...
¡Oh, mi dicha!
Fotografía: www.pinterest.com |
Para terminar os dejo el documental "Humano, Demasiado Humano" de la BBC, dedicado a Friedrich Nietzsche.
Nota: Nietzsche me trasmite en sus poemas una brillante lírica acompañada de una gran profundidad y melancólica sensibilidad. Creo que era un hombre que intentó enviar un mensaje con su filosofía: Que las personas somos más poderosas de lo que creemos, que podemos ser algo más que un rebaño y buscar nuestro propio camino, no el asignado por otros.