Treméndamente emocionado con mi primer premio como escritor, un honor y un orgullo formar parte de este grupo fantástico que es Territorio de Escritores.
Estoy tan contento que aquí lo vuelvo a publicar, saludos a todos los amantes de la palabra escrita.
MUERTE EN EL 52
Hace un día horrible. Voy hacia comisaría cuando recibo una llamada << inspector Suárez, diríjase al 52 de la calle Escultor Salzillo. Posible homicidio>>. La empanada de atún que comí anoche está haciendo estragos en mi estómago. Cuando llego me encuentro lo de siempre. Veo en la entrada de la habitación del apartahotel un cuerpo tirado en el suelo. Los locales ya están acordonando la zona y los de criminalística lo están manoseando todo. Me agacho para echar un vistazo al cuerpo... ¡dios!, está destrozado, ¡se han ensañado bien!. Me dan arcadas. Veo al forense y le pregunto
— ¿Cuanto tiempo lleva muerto?
— Unas tres horas, más o menos — dice el forense.
Se me acerca el subinspector Pedro Sánchez con un café en la mano,
— Café?
— Si, gracias.
— Resulta que es policía, de estupefacientes — dice Sánchez —Juan López Bermúdez —dice.
¡Un escalofrío recorre mi espalda!. ¡Es mi cuñado Juan!. Ahora sí vomito. No le he reconocido porque tiene la cara desfigurada, << ¡qué palo va a ser para mi mujer! >> pienso.
— ¿Quieres interrogarla?—, me pregunta Sánchez,
—¿A quién? — le contesto.
—A la mujer que está en la habitación. La hemos encontrado llena de sangre, no suelta prenda.
¿Quieres probar tú?.
Asiento con la cabeza mientras entro en la habitación. Al fondo, escoltada por dos policías y sentada en un chéster, bajo un cuadro barato de Marilyn, veo a Rosa.
¡Rosa!, ¡no lo puedo creer!. ¡Es mi amante!, la mujer por la que he estado a punto de dejar a mi esposa. Llena de sangre, me clava sus ojos, con esa mirada asesina que sólo ella sabe poner, y me grita, << ¡hijo de puta, tenías que haber sido tú! >>.
Ahora entiendo la llamada que horas antes me hizo mi cuñado Juan, << no tienes que preocuparte por nada, no voy a consentir que arruines la vida de mi hermana Elena por una “buscona”, yo me encargaré de todo >>.
Colgó tan rápido que no me dio tiempo a decirle que ya la había dejado, a pesar de sus amenazas de matarme si lo hacía.
Jiménez
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